Esta claro que a la gente se le debe de conocer por lo que hace, hay algunas veces que piensas algo sobre ti y da la circunstancia que el día a día demuestra lo contrario. Disertando sobre mi obra construida y en construcción no he podido darme mas cuenta de que soy un puto clásico. Con esto quiero decir que yo tenía una concepción mas organicista de mi vida y de mi forma de proyectar y me he dado cuenta que en el fondo nada mas que busco la secuencia, la armonia, la artificialidad matemática. Con esto quiero decir que no soy capaz de concebir las cosas disgredadas fluyendo, que cuando juego con el espacio necesito configurarlo, delimitarlo hacerlo finito, secuencial . Si juego con el espacio al final lo configuro artificialmente de una forma clásica, con un cuadro que marque el espacio, con una secuencia, con una armonía entre las partes. Creo que solo se crear máquinas de habitar armónicas y artificiales.
Una evidencia de ello, es que la entrada mas visitada de mi página web es un detalle constructivo resultado de querer cuadrar el desorden y la distorsión, el detalle se trata de la solución armónica de encuentro de una cubierta inclinada proyectada para albergar trasteros en cubierta y el encuentro en fachada con la fachada ortogonal y la secuencia de los voladizos en la cornisa. La solución fue matemática, ordenada y secuencial, como si de los armónicos de una canción se tratara, con la búsqueda de la medida exacta y la relación proporcional base matemática y proporcional 3/4. No lo puedo evitar, no sabía que tenía una psicosis maniática y enfermiza por lo armónico, por ordenarlo todo en mi cabeza, que sea estable y matemático.