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LA ARQUITECTURA COMO PROFESIÓN LIBERAL

Es obvio que  la profesión de arquitecto es elegida por mucha gente fundamentalmente de forma vocacional como puede ser la medicina o la abogacía.  Esto conlleva que los arquitectos generalmente una vez que terminamos la carrera estemos  deseando realizar trabajos y demostrar nuestra valía como profesionales. Esto nos lleva a asumir retos y trabajar muchas veces sin recibir recompensa a cambio, nuestro ímpetu nos puede mas que el duro análisis de la realidad.

En la carrera nadie nos enseña a ser comerciales o saber vendernos y jugar con las reglas frías y deshumanizadas del mercado. Todavía hoy en mi caso, caigo en la piedra repetidas veces, de realizar un anteproyecto por la simple posibilidad de que pueda ser el proyecto de mi vida, supongo que hay gente que sabe como jugar con nuestro orgullo y alimentarlo para conseguir realmente arrancarte simple y llanamente un trabajo gratis. Creo que en el fondo nos tenemos que valorar mas y poner siempre un precio a nuestro trabajo, sea este cual sea, como en cualquier profesión.

Nadie pide a un médico que realice una operación para ver que tal queda para posteriormente decidir si definitivamente te contrato o me decido por otro profesional. La verdad que mirando a atrás como profesional independiente creo que he sacrificado mas cosas por mi vocación que realmente aquellas que esta me ha dado. Cosas tan importantes como tener hijos o formar una familia se ha visto truncados en mi vida por el tesón de dedicarme a lo que he estudiado.

No creo que haya profesión mas dependiente de los designios del duro mercado que la de arquitecto. En mis carnes he experimentado que la calidad y cantidad de trabajo de la dispongo en mi estudio no ha dependido nunca de  mi valía y profesionalidad como arquitecto sino de las duras necesidades del mercado. Por lo que me siento envuelto en un va y ven que finalmente no depende de mi  mismo sino de la necesidad que se tiene de mi profesión en el área donde vivo, nada mas y nada menos.

La arquitectura como profesión liberal tiene como gran beneficio que eres tu propio jefe, supuestamente puedes organizarte tu tiempo y no dependes de mandatos e imposiciones de superiores pero realmente requiere mucho de nosotros mismos y muchas veces nos obliga a tener que tomar duras decisiones que repercuten en nuestra vida y elegir dejar cosas que son importantes en ella.

Otro de los designios del mercado es que realmente entre profesionales seamos duros competidores, que impere sobre nosotros  la ley de la oferta y la demanda y que en muchas ocasiones aprendamos a ser todos lobos en la jauría del mercado. Al final todo se resumen en oferta y demanda y en tu poder de convicción como comercial, en muy pocas ocasiones es realmente tu profesionalidad la que inclina la balanza a tu favor. Este ímpetu por conseguir clientes en la mayoría de los casos tensiona la relación entre nosotros como profesionales, siendo generalmente distante. Es por ello, que envidio la hermandad que existe generalmente  en profesiones como la de médico donde los profesionales suelen ayudarse y apoyarse ante decisiones sin necesidad de tensionar lar relación entre profesionales, con esto no digo de discrepar y tener diferentes opiniones, me refiero mas bien a la innecesariedad de llegar a las últimas consecuencias por conseguir un cliente.